martes, 13 de noviembre de 2012


El Caso Sokal:

En mayo de 1996, un profesor de física estadounidense, Alan Sokal, cansado del abuso que científicos sociales y humanistas hacían de las ciencias naturales, decidió escribir un artículo paródico y enviarlo a la revista de estudios culturales Social Text. Redactó su trabajo filosófico-científico en un estilo incomprensible, muy propio de algunos textos posmodernos que él pretendía combatir, y lo tituló Transgredir las fronteras: hacia una hermenéutica transformadora de la gravitación cuántica. Plagado de citas absurdas, aunque auténticas, de intelectuales franceses y estadounidenses y sazonado de sinsentidos, el artículo fue publicado, entre alabanzas a su autor.
Posteriormente, éste decidió revelar su argucia en otra revista, Lingua Franca, manifestando que su intención era desenmascarar el uso inadecuado e inexacto de la terminología científica y las extrapolaciones abusivas de las ciencias naturales a las ciencias humanas con el fin de denunciar los estragos intelectuales causados por la posmodernidad. 
En 1997 Alan Sokal y Jean Bricmont, un físico belga, ampliaron la crítica en un libro, Imposturas intelectuales, que ponía nombre y apellidos a los representantes de esa corriente posmoderna que, instalada en un relativismo cognitivo, abandonaba el camino racionalista de la ilustración al considerar a la ciencia como una narración, un mito o, simplemente, una construcción social.




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